sábado, 4 de noviembre de 2017

En ti, siempre en ti...

Si me preguntas por la tranquilidad, te diré que la conocí.
Me abrazó justo al aterrizar por primera vez en la ciudad que acogió a nuestro amado Profeta Muhammad ‎ﷺ.
Si me preguntas por la belleza, te diré que la encontré.
Llenó mis ojos cada vez que mi mirada se perdía entre la pureza y el encanto que sobrevuelan los alrededores de la mezquita del Profeta ‎ﷺ.
Y desde aquel momento, no hay paisaje en este mundo, por más bello que pueda llegar a ser, capaz de volver a llenar estos ojos.

Si me preguntas por la felicidad, te diré que la respiré. En cada llamada a la oración, en cada uno de los pasos que me acercaban a sus majestuosas puertas, en cada recitación que regalaba alas a mi corazón, en cada suyud que me llevaba del suelo al cielo...
Y si me preguntas por la tristeza, te diré que me cogió de la mano y me envolvió en lágrimas el día en que mis pasos tuvieron que alejarse de ella, de la cuidad de los sueños...
Eso sí, no me dejó regresar de forma completa. Tomó un pedazo de mí, y lo dejó vivir por siempre en ella. Abrazada a la tranquilidad, contemplando su belleza y respirando felicidad.
En ti, siempre en ti...
#Madinah

jueves, 19 de octubre de 2017

Hoy y siempre, por todas ellas...🎀

Hoy millones de mujeres ven reflejada su historia en los lacitos que tiñen de color rosa el 19 de octubre...🎀
Detrás de cada uno de ellos se esconden noches de insomnio, lágrimas, dolor, y mucho sufrimiento.
Le pido a Dios que alivie los corazones de aquellas mujeres, los colme de valor y esperanza; y que pronto, traiga la cura y el bienestar a sus vidas.
Que cubra con Su misericordia las almas de aquellas que perdieron la vida en su lucha contra el cáncer, y las haga morar eternamente en el Paraíso, allá donde se olvida todo pesar y sufrimiento...💓
Mantengamos presente su lucha en nuestras súplicas diarias. ¡No dejes que sea un simple recordatorio anual en nuestro calendario!
Para todas aquellas valientes guerreras que se levantan cada mañana sin perder la esperanza, para todas aquellas que siguen mirando la vida con ilusión, para todas aquellas que siguen sonriendo día tras día a pesar del dolor:
"Recuerda, la flor más bella es aquella que crece en la adversidad".🌷

jueves, 28 de septiembre de 2017

Noches largas...

Hay noches largas.
Noches muy largas.
Y luego están las noches que se te hacen eternas y en las que deseas con todo tu corazón que Allah traiga la luz del sol.
Que suene el despertador. Que se oiga de fondo el ruido de las mochilas de carro de los niños que se apresuran a la entrada del colegio. Que comience el tráfico, con los más impacientes pitando al volante y los avisos del silbato del agente que dirige semejante caos.
Ruido, mucho ruido. 
Eso es lo que hay durante el día, por eso hay menos lágrimas. Porque no somos capaces de oír los lamentos de nuestro interior.
Sin embargo, cuando el cielo se apaga, cuando las calles enmudecen y todos duermen, te es inevitable escuchar a tu alma.
El eco que retumba desde ese vacío tan profundo, puede llegar a ser ensordecedor.
De noche, en silencio, duelen más las penas. Se hace más profunda la tristeza. La ausencia de algo o alguien en nuestras vidas nos hace revivir con nostalgia cada momento de felicidad a través de los recuerdos.
Pero recuerda, que cuanto más se intensifique la oscuridad de la noche, más cerca estará el amanecer.
Es cuestión de horas. Aunque las horas no siempre duran lo mismo. El tiempo es muy relativo cuando se trata de sentimientos.
Haz que esas horas amargas, se conviertan en un acto de adoración, y que al final de la noche, dejen en tus labios un dulce sabor.
Haz de tus lágrimas, acercamiento y devoción.
Llórale a Él, ﷻ, a Aquél que te creó.
Haz de Su recuerdo un bálsamo para calmar tu dolor.
Pues solo Aquél en cuyas manos se encuentra la sucesión de la noche y el día, es capaz de reemplazar en tu corazón la tristeza por la alegría.

sábado, 23 de septiembre de 2017

El dolor de abandonar un sueño...



Hace más de cuatro años que decidí dar un paso más hacia la complacencia de Allah, comenzando a usar el niqab.
Rápidamente se convirtió en parte de mí, y quizá no lo comprendáis, puede que desde fuera se vea como un simple trozo de tela, pero juro por Allah que es mucho más. Era un sueño que Allah me facilitó e hizo realidad. Mi entorno rápidamente lo asimiló y hasta los más pequeños de la familia, se acostumbraron a él.
También me ha tocado soportar miradas incómodas, ofensas, comentarios bordes y hasta insultos; pero siempre intenté mantener la compostura y no perder la paciencia, pues ante todo sabía que lo que llevaba encima era una prenda demasiado honorable como para mancharla con un vulgar carácter.
Lamentablemente, todo comenzó a torcerse en los últimos meses.
Los musulmanes alrededor del mundo estamos viviendo uno de nuestros peores momentos, nos señalan y culpan de crímenes que nada tienen que ver con nosotros y de los que nuestra bella religión es totalmente inocente.

La tensión se ha hecho notar en las calles.
El miedo y el odio eran palpables. Y en el fondo, lo comprendo.
Entiendo que a una persona se le pasen mil cosas por la cabeza al tener que montarse en un ascensor con una persona a la que no se le ve el rostro.
Quien me conoce, solo me veía a mí, a Randa, la de siempre pero con un niqab.
Pero ante quienes no me conocen de nada, era una amenaza, era intranquilidad, era inseguridad...
Por estas razones y algunas más, es que finalmente me he visto en la obligación de tener que dejar de usarlo.
Me ha costado muchas lágrimas y noches de insomnio tomar esta decisión, y sé que las lágrimas me acompañarán durante un tiempo.
Duele tener que abandonar un sueño, duele mucho.
Dejo parte de mí, guardada en un cajón.
Me ha visto sonreír en los momentos más felices y bellos de mi vida, al igual que ha secado mis lágrimas en los momentos más difíciles.
Y pensaréis que estoy loca por hablar así de un trozo de tela. Pero hablo así porque para mí tenía vida, tenía alma, como cualquier acto de adoración.
Después de mi primera salida hoy (primer viernes del 1439) sin niqab, al regresar a casa, lo encontré sobre la cama, y sentí que el corazón se me hacía pedazos, Alhamdulillah por todo.
Sé que cada vez que me cruce por la calle a una mujer con niqab, mi corazón latirá de forma diferente. Y no por miedo como le ocurre a mucha gente, sino porque sentiré como se apodera de mi alma una mezcla de nostalgia y tristeza...
Esa es la razón por la que he decidido escribir estas líneas.
Quiero ahorrarme explicaciones innecesarias sobre una decisión personal. Quiero ahorrarme dolor. Quiero ahorrarme lágrimas inesperadas cuando me quede sin voz para explicar cómo me siento.
Un abrazo y todo mi apoyo a todas y cada una de las mujeres alrededor del mundo que diariamente se tienen que armar de paciencia para salir a la calle usando hiyab/niqab cubriendo sus cuerpos con el único propósito de complacer exclusivamente a Aquél que lo creó.
Alhamdulillah 'ala kulli hal.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Allah es suficiente como testigo

"Dios es suficiente como testigo".☝️
(Corán, 4:79)

وَكَفَىٰ بِاللَّـهِ شَهِيدًا

(Wa kafaa biLlahi shahída).

Allah es suficiente como testigo, y esta realidad, dependiendo de tus actos, debería atemorizar o tranquilizar tu alma.

Si tus actos no son más que dardos envenenados buscando herir un corazón, si tus palabras no son más que un puñado de mentiras para calumniar y desprestigiar el nombre de alguien...entonces teme a Allah como testigo. 

Si por el contrario tu alma es capaz de regalar flores a quien le lanza basura, es capaz de perdonar, es capaz de mantenerse leal a pesar de las traiciones e incapaz de buscar venganza...entonces tranquilízate al saber que tienes a Allah como testigo. 
Algún día, tarde o temprano, recibirás tu recompensa, en este mundo y en el más allá.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Y no olvidéis lo bueno que hubo entre vosotros...


"Y no olvidéis lo bueno que hubo entre vosotros; Dios ve todo lo que hacéis."
(Corán, 2:237)

وَلَا تَنسَوُا الْفَضْلَ بَيْنَكُمْ ۚ إِنَّ اللَّـهَ بِمَا تَعْمَلُونَ بَصِيرٌ

(Wa La tansau L-faddla bainakum, inna Llaha bimá ta`maluna basir)

Estas son las palabras que Allah reveló para dar luz a la oscura pesadilla en la que puede llegar a convertirse un divorcio.

Ojalá todo musulmán y toda musulmana pusiesen frente a sus ojos esta grandiosa aleya cuando dan el paso de tomar caminos diferentes.

Lo sé, es triste. Una separación siempre va a ser triste. Es triste tener que tomar la decisión, es triste asumir que te equivocaste, es triste aceptar que no funcionó...

Pero más triste aún es olvidar y echar por tierra las veces que esa persona te hizo sonreír, las veces que esa persona te ayudó, las veces que esa persona compartió tu dolor y te consoló en los momentos más duros de tu vida.

Es triste que hoy le pagues con lágrimas y dolor.
Es triste que hoy te conviertas en un títere en manos de shaytan con el único objetivo de destruir a la misma persona a la que ayer le prometías lealtad ante Allah.

Es triste que hoy quieras mancillar su honor, es muy triste recurrir a las mentiras y la manipulación para regocijarte en su dolor...

Y no, no me parece una aleya triste. Me parece una de las más bellas. Porque su esencia, es la esencia del Islam: paz, respeto, tranquilidad, y sobre todo, bienestar común.

Ojalá llegue el día en que no nos dejemos cegar por la rabia y el dolor, y permitamos que sea la luz de la revelación la que guíe nuestros pasos en toda situación, por más triste que sea.

وَلَا تَنسَوُا الْفَضْلَ بَيْنَكُمْ ۚ إِنَّ اللَّـهَ بِمَا تَعْمَلُونَ بَصِيرٌ

"Y no olvidéis lo bueno que hubo entre vosotros; Dios ve todo lo que hacéis."
(Corán, 2:237)

viernes, 18 de agosto de 2017

Entre la vida y la muerte...🌹🥀

¿Sabes?, ayer, 17 de agosto de 2017, yo celebraba la vida, mientras tú celebrabas la muerte.

Celebraba la llegada de una nueva sobrina a mi vida, y celebraba los dos años de vida de otra de ellas. 

La pequeña, se llama Hidayah (que significa guía), esa guía pura y divina de la que decidiste desviarte en el momento en que te propusiste acabar con la vida de personas inocentes.

Su hermanita mayor, se llama Amani (que significa anhelos, sueños, aspiraciones...), y precisamente con eso decidiste acabar ayer, decidiste matar los sueños y las aspiraciones de todas tus víctimas.

Y me pregunto por qué preferiste extirpar la humanidad de tu corazón, por qué te arrancaste el alma para convertirte en el monstruo que eres.

Me pregunto por qué renunciaste a la felicidad, por qué renunciaste a los pequeños placeres de la vida, como esa ilusión que yo ayer veía plasmada en los ojitos de Amani mientras elegía su tarta en una pastelería.

Me pregunto por qué renunciaste a esa tranquilidad que se apodera de mi alma cada vez que entro a una mezquita para recibir el mensaje de paz con el que Dios envió a Su mensajero ‎ﷺ.

Me pregunto cómo pudiste pisar el acelerador mientras veías el pánico en sus ojos. Me pregunto cómo pudiste sembrar el terror en tantos corazones inocentes.

¿Sabes?, a mi sobrina Amani le aterra el ruido de la batidora. Cada vez que lo oye, se le cambia la cara, y corre a nuestros brazos para sentirse segura y protegida. Y yo la abrazo contra mi pecho deseando meterla en mi corazón para que deje de escuchar ese ruido que tanto miedo le provoca.

Me pregunto cómo tú pudiste desconcertar y atemorizar a los niños que han sido testigos de tan terrible escena.
Me pregunto a cuántos habrás dejado sin padre o madre, y por ende, sin esos brazos en los que refugiarse cada vez que sientan miedo o flaqueen a lo largo de sus vidas...

Has arrebatado vidas y destrozado otras tantas que giraban alrededor de ellas...

Alguien que provoca que nuestras mezquitas amanezcan un viernes llenas de mensajes de odio hacia nuestra comunidad... ¿Qué relación puede tener con Dios alguien así?

Pero yo, musulmana y española, no te voy a ayudar a celebrar la muerte, ni a alimentar el odio.

Yo, al igual que el resto de personas que han comprendido el mensaje de paz con el que nuestro amado Profeta Muhammad ‎ﷺ fue enviado, vamos a seguir celebrando la vida.
Vamos a seguir trabajando por un mundo mejor. Vamos a seguir limpiando lo que vosotros habéis manchado. Vamos a seguir sanando heridas que vosotros habéis provocado.

Yo decido vivir y dar vida a los demás.
Vosotros, malditos terroristas, ya habéis decidido: para vuestras almas no habrá vida, ni aquí, ni en el más allá, in sha Allah.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Piénsalo...


La simple idea de llegar a perder a tus padres, hará que se te desborde el alma por los ojos...

A veces, es necesario pensar en ello.
Pues inevitablemente, sucederá.

Y créeme, ese día sentiremos como nuestro corazón arde en llamas de arrepentimiento, y estaremos dispuestos a dar todo lo que poseemos a cambio de unos minutos más a su lado.

Cada beso que les diste, cada caricia, cada abrazo, el sonido de sus risas...todo ello constituirá el mayor tesoro que poseas en tus recuerdos.

domingo, 16 de julio de 2017

Adelante. Cae.


Y un día caes. Caes y desde ahí, desde el suelo, comienzas a verlo todo desde una perspectiva muy diferente.
Y duele. Duele mucho. Puede que el dolor sea tan fuerte, que sientas que traspasa tu alma y quebranta tus huesos, que te paralice haciéndote creer que eres incapaz de levantarte de ahí. Puede que sientas que te ahogas en tus propias lágrimas. Puede que quieras gritar y pedir ayuda, pero nadie, absolutamente nadie, comprenda tu nuevo lenguaje, el de tu alma hecha pedazos, pues ese lenguaje solo lo entiende Allah, Aquél que te creó de la nada.

Y puede que este dolor te acompañe durante mucho tiempo. Quizá unas semanas, quizá meses, y puede que incluso te acompañe durante años...

Pero el día que te levantes, no solo habrás asimilado que todo cambió y que debes levantarte y seguir hacia adelante.
Ese día, te darás cuenta de que tú también cambiaste. Ya no eres la misma. No hay vuelta atrás.

Vas a vivir el resto de tus días con cicatrices que te recordarán que quien más amor te entregó, puede también provocarte el más profundo dolor; que aquella persona a la que regalaste tus mejores sonrisas, puede hacer que las lágrimas más amargas recorran tus mejillas; que en quien más confiaste, puede mentirte y engañarte; que el hecho de que tú le hayas tendido la mano a alguien cuando lo necesitó, no quiere decir que necesariamente él te la vaya a tender a ti cuando lo precises; que hay muchas promesas que se las lleva el viento, y que Allah es el Único que no falta a Sus promesas.

Y es ahí, solo cuando tu alma sea capaz de asimilar y transformar todo ese dolor en fuerza, entregando sin esperar nada a cambio, perdonándose y perdonando a los demás, aceptando los cambios por más dolorosos que sean, que podrás levantarte de esa terrible caída.

En definitiva, aprenderás una de las lecciones más importantes de tu vida:

QUE ALLAH ES EL ÚNICO QUE PERMANECERÁ SIEMPRE A TU LADO, Y QUE JUNTO A ÉL, SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, HALLARÁS LA FUERZA NECESARIA PARA LEVANTARTE DE CUALQUIER CAÍDA.