martes, 11 de junio de 2013

A todos aquellos que quieren "LIBERARNOS"


A todos aquellos que aclaman ser mis "salvadores", mis "liberadores":
¿QUIÉN SE LO PIDIÓ?

Cada vez son más los que hablan y luchan por "la libertad de la mujer musulmana".
Lo curioso es que una inmensa mayoría hacen caso omiso a las opiniones y sentimientos de aquella mujer a la que quieren "liberar"...

¿Liberarme de qué? ¿De mis derechos? ¿De mis elecciones? ¿De mis opiniones? ¿De mis sentimientos?
¿Realmente les importan mis sentimientos o es que no encajo y desentono en la "estampa" de la sociedad? ¿Su lucha es por mi aclamada libertad o es para conseguir que yo me ajuste a sus cánones de belleza? ¿Su indignación es porque creen que me obligan a cubrirme o porque quieren obligarme ustedes a descubrirme?  

Somos nosotras, todas y cada una de las mujeres musulmanas a las que creéis oprimidas, las que tenemos derecho a elegir como vestir y como vivir.

Es elección propia dejar su "liberador" bikini por lo que ustedes ven como mi "cárcel de tela", sí.
Es así como pretendo que de una vez por todas dejen de medir mi inteligencia mediante los cm de mi cintura o midan mis habilidades limitándose a qué tanto partido puedo sacarme con una brocha y una paleta de sombras en mano.

Soy yo quien decide vestir de esta forma tan "denigrante" ante sus ojos, y créanme que lo que realmente denigra la dignidad humana es mostrar la desnudez como si de mercancía se tratase. Porque ese es el interés que realmente se esconde detrás de las aclamadas campañas tipo: "¡LIBEREMOS A LAS POBRES MUSULMANAS DE SUS VELOS!", obtener ganancias utilizándolas siempre como publicidad.

Deberían plantearse antes liberar a las mujeres de la esclavitud en la que se encuentran, me refiero a las esclavas de la moda, de las apariencias, de la 90-60-90.

He vivido de los dos lados, les hablo desde la voz de la experiencia. No nací en Afghanistan o Irán y no necesito de sus campañas, ni tengo por que infundir lastima en sus corazones.

Les habla quien ha vivido sometiéndose a sus cánones de belleza convirtiéndose en esclava de su propio cuerpo y de su apariencia física, para alcanzar la felicidad... Nada más lejos de la realidad, pues a medida que me convertía "más valorada ante los ojos de esta sociedad", más vacía me encontraba por dentro.

Alabo a Allah, Aquel que guió mi corazón y lo sacó de las tinieblas en las que me ahogaba el falso brillo de vuestra "LIBERTAD", para dar paso a la luminosidad de la dignidad y la fe, y hacerme sentir que soy un ser humano con el derecho a ser tratada como tal, que no soy un objeto sexual, ni estoy de escaparate, ni soy propiedad de consumo público: SOY UNA MUJER, con derecho a caminar por las calles sin recibir silvidos como si de un chucho se tratase...o ser perseguida y sentirme acosada. 

En mi velo se encuentra mi libertad, es así de simple. 
Y no espero que lo comprendan, simplemente que lo respeten.

¿Realmente es tan perjudicial mi velo en la sociedad?
¿Por qué no luchan por parar la hyper-sexualización que está sufriendo todo, incluso las muñecas con las que juegan nuestras nuevas generaciones?
¿Infancia?, las niñas quieren ser mujeres, porque desde pequeñas notan que deben transformarse y disfrazarse de barbies-humanas para ser realmente valoradas y aplaudidas entre la multitud. 
Revisemos uno por uno los canales de la TV, rara vez veremos a una chica "poco agraciada o con unos kilitos de más" presentarnos las noticias por mucha formación académica que tenga.

¿Por qué a nadie le preocupa el efecto que pueda tener en el subconsciente de un/a niño/a ir a un kiosko a comprar unos caramelos y ver colgadas revistas pornográficas? 

¿Por qué os preocupa tanto la presencia del niqab (velo facial) en las calles, mientras que en semana santa contempláis fervientes a los penitentes ocultando sus rostros con los capirotes? ¿Eso es maravilloso, cierto? Incluso lágrimas de emoción he visto alguna que otra vez en las procesiones... ¿Es qué acaso creen que yo no siento esa emoción cada vez que me cubro el rostro por voluntad propia y por razón de mayor acercamiento a Dios?
¿Es qué acaso ustedes tienen derecho a sentir y profesar su fe y yo no? 

¿Se dan cuenta de que sus ideas están basadas en una doble moral?

Pido el mismo respeto que ofrezco. No impongo mis ideas a nadie, pero no intenten imponerme las suyas, porque no, gracias, no las quiero.
Déjenme vivir en paz y profesar mi fe, porque con mis prácticas no perjudico a nadie.
El hecho de que oculte mi rostro con el niqab no le supone a nadie ninguna falta de seguridad, porque yo descubro mi rostro y me identifico siempre y cuando la situación lo requiera, y visto así, esa misma "falta de seguridad" podría sentir yo en carnavales. 
Recuerde siempre que SU LIBERTAD TERMINA, DONDE EMPIEZA LA MIA. 

Pues bien, queridos "ACTIVISTAS", les agradezco enormemente su esfuerzo, tiempo y dedicación a la lucha por mis derechos, pero no, no los necesito, YA LOS TENGO.

Permítanme a mí liberarlos de su ignorancia.

Hace más de 1400 años, Allah (Enaltecido y Exaltado Sea), Dios, mandó a Su mensajero, mi amado Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de ALlah sean con él), él sí fue enviado para velar por mis derechos como mujer, y lo hizo. Me valoró como mujer en una época en la que el nacimiento de una niña era considerado una deshonra, y la solución era enterrar a la pequeña con vida...

La Biblia católica lo declara explícitamente:
"El nacimiento de una hija es una pérdida."
(Ecclesiasticus 22:3)

Mientras en el Corán incluso se menciona primero el regalo del nacimiento de una niña:

"De Dios sólo es el dominio sobre los cielos y la tierra. Crea lo que Él quiere: otorga descendencia femenina a quien quiere, y descendencia masculina a quien quiere"

(Sagrado Corán 42:49)


"¿Conservará a esta [niña] a pesar del desprecio [que siente por ella] --o la enterrará en el polvo? ¡Oh, qué perverso es en verdad lo que sea que decidan!"
(Corán, 16:59)

Entre los principales logros en la emancipación de la mujer se encuentra la legislación de 1882, por medio de la cual se decretó, que las mujeres de Gran Bretaña gozarían del privilegio sin precedentes de quedarse con el dinero que ganasen; pues bien, las mujeres musulmanas gozamos de esa "legislación" desde hace más de 1400 años...

Mientras los sabios y filósofos discutían si la mujer tenía alma o no... yo ya era considerada ante ALLAH (Dios), semejante al hombre...

Mientras en la Revolución Industrial se aprovechaban de las mujeres para explotarlas por ser más baratas como trabajadoras que los hombres, yo ya era recompensada y valorada de igual forma ante ALlah (Dios)... 

Dice Allah (Dios, Enaltecido y Exaltado Sea) en el Corán:

"No dejaré que se pierda la labor de ninguno de los que se esfuerzan [por Mi causa], sea hombre o mujer"
(Corán, 3:195)


"Dios ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayunan, los castos y las castas, los que y las que recuerdan mucho a Dios".
(Corán, 33:35)

En el Islam, en mi religión, yo no soy considerada maldita por pertenecer al "legado de Eva" o algo por el estilo...
A diferencia de la concepción judeocristiana en la que cuando Dios inquiere a Adam por haber comido del árbol vedado, éste echa la culpa a Eva diciendo: "La mujer que pusiste a mi lado me ha dado la fruta del árabol y yo la he comido".

Por consiguiente, Dios dice a Eva: "Yo aumentaré tus sufrimientos durante el embarazo; parirás tus hijos con dolor. Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti."

Interesante, ¿no?

Pues bien, la concepción islámica de la primera creación se encuentra en numerosos lugares del Corán. Por ejemplo:

Y [en cuanto a ti], ¡Oh Adán!, vivid tú y tu mujer en este jardín, y comed de lo que queráis; pero no os acerquéis a este árbol pues seríais malhechores!” (19) Pero entonces Satán les susurró a ambos a fin de hacerles conscientes de su desnudez, de la cual no se habían apercibido [hasta entonces]; y dijo: “Vuestro Sustentador sólo os ha prohibido este árbol no fuera a ser que os volvierais [como] ángeles, o fuerais a vivir eternamente.”  Y les juró: “¡En verdad, soy de los que os desean sinceramente el bien!” --y les sedujo con pensamientos engañosos.Pero tan pronto como hubieron probado ambos [el fruto] del árbol, se volvieron conscientes de su desnudez; y comenzaron a cubrirse con hojas del jardín. Y su Sustentador les llamó: “¿No os prohibí ese árbol y os dije, ‘En verdad, Satán es enemigo declarado vuestro’?” Respondieron ambos: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Hemos sido injustos con nosotros mismos --y a menos que nos concedas Tu perdón y Te apiades de nosotros, estaremos ciertamente perdidos!” [Corán, 7:19:23]

Una mirada cuidadosa sobre los dos relatos de la historia de la Creación, revela algunas diferencias fundamentales. El Corán, contrariamente a la Biblia, atribuye la misma responsabilidad a ambos, Adán y Eva, por el error cometido.

En ningún lugar del Corán podemos encontrar la más leve insinuación de que Eva tentó a Adán para que éste comiera del árbol o ella hubiese comido antes que él. En el Corán, Eva no es tentadora, seductora o engañadora.

Además, Eva no es castigada con sufrimientos durante el embarazo. Dios, de acuerdo con el Corán, no castiga a uno por las faltas de otro. Ambos, Adán y Eva, cometieron un pecado y entonces pidieron perdón a Dios y ÉL los perdonó a los dos.

Echemos un vistazo al Antiguo Testamento y miremos en los textos de la llamada Literatura Sapiencial en donde encontramos:

"Encontré más amarga que la muerte a la mujer enredadora, cuyo corazón es una trampa y cuyas manos son cadenas. El hombre que agrada a Dios debe escapar de ella, pero el pecador en ella habrá de enredarse...mientras yo, tranquilo, buscaba sin encontrar, encontré a un hombre justo entre mil, mas no encontré una sola mujer justa entre todas". [Ecclesiastes 7:26-28]

También muy interesante, ¿verdad?

En otro lugar de la Literatura Hebrea, que se encuentra en la Biblia Católica podemos leer: 

"No hay maldad comparable a la maldad de la mujer..."

"El pecado llegó con una mujer y a ella se debe el hecho de que todos nosotros habremos de morir". (Ecclesiasticus 25:19, 24).

Los rabinos judíos registraron nueve maldiciones inflingidas a las mujeres como consecuencia de la Caída: "Él [Dios] concedió a las mujeres nueve maldiciones y la muerte: soportar la sangre de la menstruación y la sangre de la virginidad, la carga del embarazo, la carga del parto y la de criar a los hijos; su cabeza está cubierta como quien está de luto; horada sus orejas como una esclava o joven esclava que sirve a su señor; ella no es tenida nunca por inteligente; y después de todo, muere."

Eva había pecado, induciendo después a Adán a seguir su conducta. Por consiguiente, Dios los expulsó a ambos del Cielo a la Tierra, que habría sido maldita por su causa. Ellos legaron su pecado, que no había sido perdonado por Dios, a todos sus descendientes y, por eso, todos los humanos nacen en pecado. Para purificar a los seres humanos de su 'pecado original', Dios tenía que sacrificar en la cruz a Jesús, que es considerado 'el Hijo de Dios'.

Por consiguiente, Eva es responsable de su propio error, del pecado de su marido, del pecado original de toda la humanidad, y de la muerte del 'Hijo de Dios'.

En otras palabras, una mujer actuando por su cuenta causó la caída de la humanidad. ¿Qué ocurrió con sus hijas? Ellas son tan pecadoras como ella y tienen que ser tratadas como tales. Escuchemos el tono severo de San Pablo en el Nuevo Testamento:

"La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio. Adán fue creado primero, luego Eva. Y Adán no fue el engañado; fue la mujer quien fue engañada y se volvió pecadora".
(I Timoteo 2:11-14)


San Tertuliano es aún más generoso que San Pablo cuando, hablando a sus 'hermanas más queridas' en la fe, dijo:

"¿No sabéis que cada una de vosotras es una Eva? La sentencia de Dios sobre vuestro sexo sigue vigente: la culpa debe existir también necesariamente. Vosotras sois la puerta del Diablo: sois las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la ley divina: vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle. Vosotrasdestruisteis fácilmente la imagen que de Dios tenía el hombre. Incluso, por causa de vuestra deserción, habría de morir el Hijo de Dios"

San Agustín, fiel al legado de sus predecesores, escribió a un amigo:

"Lo que la diferencia, ya sea esposa o madre, es que es aún Eva la tentadora, de la que nosotros debemos protegernos en cualquier mujer... Yo no veo la utilidad que puede tener la mujer para el hombre, con excepción de la función de parir a los hijos."


Podría seguir escribiendo sobre los derechos y el gran valor que tengo como mujer musulmana, pero a mi parecer estas leves pinceladas son suficientes para dejarles claro que no necesitamos que nos liberen, que somos libres desde antes de que ustedes escuchasen por primera vez la palabra LIBERTAD.

Mi meta en este mundo no es agradar a nadie en especial, todos mis actos son para Allah, mi Creador, sólo a Él me someto, en la obediencia a Él es que encuentra  felicidad y tranquilidad mi corazón y en Sus manos es que pongo mis asuntos y me encomiendo a ÉL.

Pongo de testigo a Allah, y a toda Su creación de que atestiguo que nadie merece ser adorado excepto Él, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero.

Le pido a Allah que afirme mi corazón en el Islam, la religión verdadera.

Y ahora sí, veamos que tan bien tienen aprendida la lección de la aclamada "LIBERTAD" y déjenme profesar mi fe LIBREMENTE. Gracias.