sábado, 4 de noviembre de 2017

En ti, siempre en ti...

Si me preguntas por la tranquilidad, te diré que la conocí.
Me abrazó justo al aterrizar por primera vez en la ciudad que acogió a nuestro amado Profeta Muhammad ‎ﷺ.
Si me preguntas por la belleza, te diré que la encontré.
Llenó mis ojos cada vez que mi mirada se perdía entre la pureza y el encanto que sobrevuelan los alrededores de la mezquita del Profeta ‎ﷺ.
Y desde aquel momento, no hay paisaje en este mundo, por más bello que pueda llegar a ser, capaz de volver a llenar estos ojos.

Si me preguntas por la felicidad, te diré que la respiré. En cada llamada a la oración, en cada uno de los pasos que me acercaban a sus majestuosas puertas, en cada recitación que regalaba alas a mi corazón, en cada suyud que me llevaba del suelo al cielo...
Y si me preguntas por la tristeza, te diré que me cogió de la mano y me envolvió en lágrimas el día en que mis pasos tuvieron que alejarse de ella, de la cuidad de los sueños...
Eso sí, no me dejó regresar de forma completa. Tomó un pedazo de mí, y lo dejó vivir por siempre en ella. Abrazada a la tranquilidad, contemplando su belleza y respirando felicidad.
En ti, siempre en ti...
#Madinah

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